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Avalancha de coches de stock: ¿por qué es una compra recomendable?

Muchos compradores desconfían cuando en un concesionario le ofrecen uno de los coches de stock. Te damos las claves para que veas por qué pueden ser la opción más inteligente y qué precauciones debes tomar en algunos casos.

Una de las formas de poder ahorrar dinero cuando vamos a comprar un coche nuevo es aceptar alguno de los que nos ofrecen de stock. Muchos compradores desconfían y, aunque a veces sí puede ser mejor rechazar la oferta, en la mayoría de las ocasiones es la mejor alternativa. Para ver por qué, lo primero es saber bien qué son los coches de stock y por qué en ellos hacen buenos descuentos en algunas ocasiones.

Los coches de stock son unidades completamente nuevas y que ya están en las instalaciones del concesionario. La mayoría de estos vehículos son ejemplares que el jefe de ventas o el gerente, normalmente, han configurado y pedido a la marca para tener unidades en la exposición y en el concesionario. Suelen ser ejemplares que tengan previsto vender fácilmente, con configuraciones muy típicas en cuanto a colores y equipamiento.

En ocasiones son las unidades que la marca ha obligado al concesionario a tener en su stock «por el artículo 33«, como se suele decir o, en pocos casos, ejemplares que ha pedido un cliente que luego se ha echado para atrás.

Estos dos ejemplos suelen ser los típicos que se «atragantan» y que cuesta vender, porque su configuración no es la que gusta a la mayoría, ya sea por el color, las tapicerías o el equipamiento elegido. Cuando un coche está más de uno o dos meses en el stock de un concesionario, sus cargas financieras empiezan a saltar las alarmas y es mejor «despacharlo» y ahí es donde se suelen dar las mejores ofertas de coches.

¿Son de fiar los coches de stock de los concesionarios?

Que sean ejemplares que llevan tiempo sin vender y que «quieran despachar» no debe hacernos sospechar nada raro. No son coches con defectos ni que alguien haya devuelto, son modelos completamente nuevos que no se han matriculado ni han circulado, pero que están físicamente en el concesionario y que pesan en su contabilidad como una losa, ése es el único motivo por el que nos ofrecen suculentos descuentos.

Vaya por delante que soy de la opinión de que cuando nos compramos un coche debemos comprar el que realmente nos gusta. No hay nada peor que soltar un montón de dinero que no nos sobra y no estar orgullosos y plenamente satisfechos. Dicho esto, si podemos convivir con un color que, aunque no es nuestro favorito, no nos disgusta, con que nos falte el navegador o que tenga cuero cuando preferimos la tapicería normal, suele ser una buena idea comprar el coche de stock.

Ahora bien, antes de cerrar el trato hay que tener en cuenta algunas cosas. Al ser un coche que lleva tiempo en las instalaciones puede que tenga algún desperfecto en la pintura, que esté algo sobado el asiento… son detalles que debemos mirar y asegurarnos bien.

Un caso peculiar es el de los modelos del grupo PSA (Citroën, DS, Opel y Peugeot). Por algún motivo que desconozco, a alguien del grupo le ha parecido buena idea que los coches estén en las exposiciones con los faros encendidos. No cabe duda de que eso los distingue y hace que llamen más la atención, pero todas las horas que están encendidos los faros led, son horas que debemos descontar de su vida útil y, aunque los led tienen muchas horas de vida, si el coche se ha pasado un mes con las luces permanentemente encendidas, es más probable que se nos agoten a nosotros que en el caso de un ejemplar que no las ha «quemado» durante horas.